Amealco, lugar de manantiales (Querétaro)
Descubre este rincón queretano en donde además de poder disfrutar de las fiestas y costumbres de sus habitantes, también encontrarás sitios ideales para practicar el campismo y convivir con la naturaleza.
Escápate un fin de semana:
Hacienda Laborcilla
El estado de Querétaro es, sin duda, una entidad con múltiples lugares de interés para propios y extraños. De estos sitios quizá los más conocidos y visitados por el turista sean Tequisquiapan, San Juan del Río, Bernal (con su gran monolito) y, por supuesto, la misma ciudad capital. Pero además de estos hay muchos otros sitios que merecen ser conocidos cuando nos adentramos en tan histórico territorio, como la rústica población de Amealco, a tan sólo 76 km al sur de la ciudad de Querétaro.
Amealco está situado a 2 605 msnm y su temperatura media anual fluctúa entre los 15 y los 20ºC, por lo que es recomendable andar siempre bien abrigado, sobre todo en la noche y en la mañana.
UN POCO DE HISTORIA
La palabra Amealco, según algunos estudiosos, significa “lugar de manantiales” o “donde brota el agua por entre las rocas”, lo que se manifiesta en los grandes ojos de agua que, en tiempos de lluvia, parecen lagos.
Amealco es una de las poblaciones más añejas del estado de Querétaro, pues se fundó en 1538, poco después de Huimilpan (1529) y de San Juan del Río (1531), muy probablemente por los conquistadores Fernando de Tapia (mejor conocido como “Conín”) y Nicolás de San Luis Montañez.
Según datos recabados por los investigadores, hacia finales del siglo XVIII la entonces villa de Amealco estaba sujeta a la jurisdicción de San Jerónimo Aculco. Se dice que en el año de 1820 arribó a lo que hoy es la cabecera municipal, un grupo de españoles y franceses con el propósito de explotar la industria maderera, la cual llegó a cobrar tal auge que esta zona se colocó como una de las más importantes abastecedoras de madera de la ciudad de México.
Durante el conflicto armado de 1910, la región de Amealco fue escenario de importantes y cruentas batallas, y testigo del paso de la famosa Adelita; funcionó además como sitio de reclusión de revolucionarios, lo que ocasionó un cierto abandono de las labores del campo y, con ello, una considerable desnutrición entre la población. Esta situación culminó con aquella terrible epidemia de gripe que hacia 1918 diezmara a gran parte de los amealcenses.
AMEALCO HOY
En la actualidad el municipio de Amealco cuenta con una población de 45 501 habitantes. Puede decirse que una de las principales actividades económicas de Amealco es la agricultura, destacando los cultivos de maíz, trigo, avena y frijol, aunque los habitantes de la cabecera municipal se dedican al comercio, lo cual constatamos al caminar por sus calles.
Al llegar a Amealco lo primero que llama nuestra atención es su muy singular jardín principal o Plaza de la Constitución, con sus múltiples desniveles y escalones que nos conducen al centro de esta plaza, donde podemos descansar en una de sus bancas y admirar las bellas arquerías o “portales” que la circundan. Una de estas arquerías (la que da a la calle Juárez) pertenece a la casa en que naciera, en 1865, el excelentísimo don Leopoldo Ruiz y Flores, quien fuera arzobispo de Michoacán y primer delegado apostólico de México. La construcción data del siglo XVIII y está edificada con muros de piedra y morillos y techos de teja de barro a dos aguas.
Como es costumbre en la mayoría de los casos, el Palacio Municipal cierra en uno de sus lados (el oriental) a la Plaza de la Constitución. El edificio que actualmente ocupa la presidencia es del siglo XVIII y fue originalmente una casa-habitación construida con muros de piedra, entrepisos de viguería y ladrillo y cubierto de concreto. En una reciente remodelación se le modificó el segundo nivel de la fachada y ahora sólo conserva la primera crujía, la planta baja y su pórtico originales.
A un costado de la presidencia municipal se localiza la Casa Cural de la parroquia, edificio del siglo XIX que únicamente conserva un tapanco de viguería y madera original, puesto que casi todo su interior ha sido modificado.
Todo este conjunto cívico-religioso está rematado, obviamente, por la parroquia de Santa María de Amealco, que corresponde a los siglos XVIII, XIX y XX, pues del antiguo templo, de 1778, sólo conserva su torre, y el actual edificio fue levantado en 1882. La parroquia consta de planta en forma de cruz latina y posee nave, oro, presbiterio, sacristía y bautisterio. Como dato interesante cabe mencionar que aún conserva su piso original de duela de madera, con sus respiraderos de bronce.
Su fachada está decorada con una escultura de la santísima Virgen María y se encuentra rematada por una inscripción en la que se alcanza a leer: “Se comenzó el día 1 de noviembre del año de MDCCCLXXXII (1882) y siendo párroco el MRPF Agustín González, se concluyó el día 1 de noviembre de MCMV (1905) siendo párroco el Pbro. Francisco Velázquez”.
Frente a la Plaza de la Constitución, en la esquina de las calles IV Centenario y Morelos, se localiza una construcción del siglo XIX, con muros de adobe, morillos y tejas de barro a dos aguas y arquería, que desde 1987 alberga a la Casa de la Cultura.
Casi contiguo a ésta, en el número 45 de la calle IV Centenario, se encuentra el que fuera en el siglo XIX el convento y colegio de Amealco, y que en la actualidad es una casa-habitación y comercios. Este edificio aún tiene un tapanco de viguería y tejamanil originales, sus muros también son de adobe y su techo es de tejas de barro a dos aguas.
Al dar un paseo por las adoquinadas calles amealcenses y observar sus bien cuidadas canteras rosadas y bellas arquerías, recordamos, inmediatamente, a la ciudad de Querétaro, pero al observar sus morillos y tejados de barro, de pronto nos sentimos como si camináramos por alguna población michoacana.
Si nos alejamos un poco del provincial centro histórico de Amealco y caminamos unas cuantas cuadras hacia el sureste por la calle de Hidalgo, al llegar al número 691 nos topamos con la capilla de Chalma (o “Chalmita”), construcción del siglo XIX de muros de adobe, morillo y tejas de barro con aplanado en color rosa. Como dato relevante, vale la pena decir que la capilla posee una falsa cubierta de duela de madera en muy buen estado.
Las principales festividades de Amealco se efectúan durante la Semana Santa; la Feria de Amealco se lleva a cabo durante los últimos días de abril y los primeros de mayo, y para el 20 de noviembre, además de las festividades propias del aniversario de la Revolución Mexicana, se da inicio a las fiestas patronales de la ciudad, las que comienzan con una procesión de la imagen de la Inmaculada Concepción por todas las calles del poblado. Esta fiesta termina el día 13 de diciembre.
Entre las artesanías típicas de la región encontramos algunas canastas tejidas con palma, y sobresale, por sus formas y exquisito sabor, el pan que se elabora en la cabecera municipal.
SI USTED VA AMEALCO
De la ciudad de México se toma la autopista federal número 45 y al llegar a San Juan del Río se toma la desviación rumbo a “La Muralla”, y tras de 29 km por la carretera estatal se llega a Amealco.
De la ciudad de Querétaro se sigue la autopista federal número 45 rumbo a la ciudad de México, y a unos 36 km se toma la desviación que va a Galindo y a Amealco, y tras recorrer unos 30 km se llega a esta última. En la ciudad de Amealco se pueden encontrar todos los servicios necesarios para el visitante: hotel (dos en la ciudad y uno más de cinco estrellas sobre la carretera), teléfono, transporte público, correos y telégrafo, mercado, etcétera.
¿Quieres escaparte a Querétaro? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable