Arte gastronómico (Hidalgo)
La cocina hidalguense es de las más ricas del país, pues posee una gran variedad de platillos confeccionados a la manera antigua.
Incorporando además el uso de elementos naturales como las hierbas de olor, las flores del maguey, los gusanos del mismo, la hueva de hormiga llamada escamole, el pápalo quelite, la flor de calabaza, las verdolagas, los nopales y muchos otros más. El más importante principio para disfrutar una buena comida hidalguense es el pulque, aunque existen otras excelentes bebidas espirituosas como los vinos de fruta y uno llamado “refino”, que es una variedad de aguardiente y que se acompaña con piloncillo.
El mítico maguey también sirve para preparar otras delicias culinarias como los mixiotes que pueden ser de carne de res, cerdo, ave o pescado. Y ya iniciados en el gusto por lo bueno, hay que hacerle un lugar especial a la barbacoa, cuya elaboración implica todo un largo proceso para dejar lista la deliciosa carne de carnero y el inigualable consomé y la deliciosa salsa borracha que la acompañan.
Un platillo hecho mediante un proceso similar al de la barbacoa es el llamado Ximbo, que es un pescado envuelto con pencas de maguey y horneado en un horno subterráneo. Este tipo de manjares son muy abundantes en el estado, pues en sus variadas presas y cuerpos de agua hay abundancia y variedad de peces de agua dulce que se usan en la dieta diaria.
Los famosos pastes son otro de los manjares de la cocina hidalguense. Estos son herencia dejada por los antiguos mineros ingleses y no son más que unas deliciosas empanadas rellenas de carne, papa, poro y salsa, aunque en la “Bella Airosa” las puede usted probar hasta rellenas de dulce; de cualquier modo, son riquísimas.
También como parte de la cocina de la región hay que considerar a los quesos y los mejores son los de Tulancingo.
Finalmente, hay que mencionar también los guisos sencillos como los frijoles tiernos con carne llamados “xagis” y una enorme variedad de tamales que son encabezados por el más grande y tal vez el más rico de ellos: el zacahuil que es una gran masa de harina de maíz que bien puede llevar dentro una gran pieza de guajolote o de pollo o puerco, cocido todo en un gran horno de los de barro.
La lista podría no acabar jamás, por lo que creemos que lo mejor es dejar que el viajero descubra éstos y otros más que seguramente encontrará en alguno de sus viajes hasta esas bellas tierras hidalguenses.
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