Carlos Francisco de Croix
Nació, en Lille, Francia, en 1699; murió en Valencia, España, en 1786.
Sirvió al ejército español, del que fue general. Nombrado cuadragésimo quinto virrey de Nueva España, gobernó del 25 de agosto de 1766 al 22 de septiembre de 1771. Su único principio fue la obediencia absoluta al Rey, a quien siempre llamó “mi amo”.Le tocó ejecutar la expulsión de los jesuitas (25 de junio de 1767) y practicar el secuestro de los bienes de la Compañía, contando con la eficaz ayuda del visitador Gálvez; y recibió las tropas que envió España a causa de su guerra con Inglaterra: los regimientos de infantería de Saboya, Flandes y Ultonia, que llegaron a Veracruz el 18 de junio de 1768, y las de Zamora, Guadalajara, Castilla y Granada, que arribaron más tarde, haciendo un total de 10 mil hombres.
A causa de sus uniformes blancos, a estos soldados se les llamó “blanquillos”, todos los cuales regresaron a la postre a la metrópoli. Los oficiales del regimiento de Zamora organizaron los cuerpos de milicias. Durante la administración de Croix se construyó el castillo de Perote, se amplió al doble el espacio de la Alameda de la ciudad de México y se quitó de la vista pública el quemadero de la Santa Inquisición.
En las postrimerías de su mandato (13 de enero de 1771) se inició el IV Concilio Mexicano, cuyas deliberaciones no contaron con la aprobación del Consejo de Indias ni del Papa. Croix pidió y obtuvo que el sueldo de virrey se aumentara de 40 mil a 60 mil pesos anuales. Introdujo a México la comida y las modas francesas. Al retirarse del virreinato, Carlos III lo nombró capitán general de Valencia.