Nuestra Señora de la Soledad, Oaxaca
Cincuenta años después de la fundación de Oaxaca, ya se menciona el nombre de la cofradía de San Sebastián y la Soledad de Nuestra Señora, establecida en una ermita que ocupó el sitio de la actual Basílica.
Narra una leyenda de 1617 que un arriero hacía el camino de Guatemala a Veracruz, y al llegar a la ermita de San Sebastián en la ciudad de Oaxaca, se le hechó una mula ante el peso descomunal de una caja que cargaba. No hubo poder humano que la hiciera levantar y caminar. Cuando el obispo fray Bartolomé Bohorquez ordenó que se abriera la caja, se percató que contenía una imagen de Cristo junto con una cabeza de Virgen y un par de manos labradas y un rótulo que decía «Nuestra Señora de la Soledad al pie de la Cruz».
El obispo ordenó que se le construyera un santuario, éste se inició anexo al convento de las monjas agustinas recoletas de Santa Mónica en 1682 y se terminó en 1689. Sin embargo, para hermosear la finca, en 1718 se terminó la fachada adosada, de biombo, que ahora conocemos. Su arquitecto fue el fraile Sebastián de San Phelipe.
La portada, muy bella, cumple con una función de contrafuerte. La composición se logra en cuatro cuerpos con siete calles albergando un extraordinario relieve de la Soledad de Nuestra Señora y una magnífica estatuaria.
Nuestra Señora de la Soledad, además de ser patrona de Oaxaca, lo fue de los marinos que la llenaron de perlas. Esta imagen es de las más ricas del continente, pues sólo su corona de oro tiene 2 kg de este metal y 600 diamantes. Todos los óleos que cubren sus muros son obras de arte incalculables.
En diciembre se festeja a Nuestra Señora con la participación de danzas de todas las etnias oaxaqueñas, distinguiéndose los Negritos, El Tigre, la Danza de la Pluma, los Cuerudos, la danza de los Machetes, el Jarabe Mixteco, los Chenteños, las Chilenas, los Sones Costeños y el Fandango del Valle.
¿Quieres escaparte a Oaxaca? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable