Volando sobre los volcanes sagrados de México - México Desconocido
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Volando sobre los volcanes sagrados de México

Volando sobre los volcanes sagrados de México fifu

En la primer historia, el español Ramón Morillas, poseedor del récord mundial de altura de vuelo en paramotor, sobrevoló el cráter del Volcán de Fuego, en Jalisco, el cual se encuentra en constante actividad.

En la primer historia, el español Ramón Morillas, poseedor del récord mundial de altura de vuelo en paramotor, sobrevoló el cráter del Volcán de Fuego, en Jalisco, el cual se encuentra en constante actividad.

En la segunda, el equipo paracaidista y de acrobacias aéreas de Red Bull, formado por los atletas Ueli Gegenschatz, Shane McConkey  y Miles Daisher, acompañados por el paracaidista mexicano Gabriel Ruiz, realizaron impresionantes saltos B.A.S.E. (modalidad que consiste en saltar de estructuras fijas como edificios, antenas, puentes y acantilados. Es el deporte más peligroso que existe en donde no existen las segundas oportunidades). Esta vez volaron con los trajes conocidos como wingsuits realizando por primera vez vuelos sobre el Nevado de Toluca y el volcán Popocatépetl, a más de 5,000 metros de altura.

EN PARAMOTOR SOBRE EL VOLCÁN DE FUEGO

En Tapalpa, Jalisco, se realizó la Copa Mundial de Parapente en la que participó Ramón Morillas. Aprovechando que estaba aquí, decidimos hacer un reportaje y fotografías sobre vuelo en paramotor, para lo cual Ramón realizó dos interesantes vuelos, uno sobre el poblado de Tapalpa para probar el artefacto y el otro sobre el Volcán de Fuego. Hicimos todos los preparativos en Tapalpa y viajamos rumbo a la ciudad de Colima, donde nos encontramos con los pilotos de parapente locales, quienes nos asesoraron sobre dónde despegar y las condiciones de viento que predominan en el Nevado de Colima y el Volcán de Fuego. Estos colosos de roca son conocidos como los volcanes de Colima, a 33 kilómetros de la capital, pero ambos  están localizados en Jalisco, en las inmediaciones de Ciudad Guzmán. Marcan la unión entre la Sierra Madre Occidental y el Eje Transversal Neovolcánico.

Así nuestra aventura inició por la madrugada. Un grupo de pilotos de parapente se fueron al Nevado de Colima para volar desde lo alto. Esta montaña, cuyo nombre antiguo es Zapotepetl, es un viejo edificio volcánico muy erosionado, al grado de no tener cráter, según los vulcanólogos el cráter original es lo que hoy se conoce como el Playón. Tiene dos picos principales, el mayor en el sur, llamado Juan  de las Nieves, con una altura de 4,330 m, y otro menor hacia el norte conocido como Lobos de 4,300 m. Este volcán está totalmente apagado. Los pilotos de parapente llegaron casi hasta la cumbre, pero no lograron volar por los fuertes vientos. Es preciso agregar que los pilotos locales ya lo han hecho cuando las condiciones del clima han sido óptimas. Mientras tanto, nosotros buscábamos un campo abierto en las faldas de los volcanes para que Ramón despegara en el paramotor.  La actividad del volcán era moderada y la luz de la mañana del amanecer pintaba de amarillo y naranja la fumarola de vapor de agua.

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Finalmente entre los sembradíos de caña encontramos un sitio que no era el mejor para despegar porque había algunas piedras, pero para Ramón esto no fue un obstáculo. Extendió su ala, prendió el motor y aceleró, la fuerza de la hélice levantó el ala y corrió hasta despegar. Ramón dio algunas pasadas a baja altura para tomar unas fotos y se dirigió al volcán. Para registrar su vuelo, llevaba consigo una cámara de video instalada en un pie y otra más de foto fija colgando del cuello. El Volcán de Fuego siempre ha estado activo, los registros de sus erupciones datan desde 1576. En 1869 tuvo una actividad importante y en 1873 su cráter cambió de forma, y a lo largo del siglo XX tuvo importantes erupciones. Su altura es difícil de calcular por su intensa actividad, pero se calcula en 3,960 metros.

Esto fue lo que nos contó Ramón sobre su experiencia: “Fui tomando altura poco a poco con la ayuda de una corriente termal que encontré y me fui acercando al volcán. La adrenalina corría conforme me acercaba, el miedo principal siempre es que lance un disparo. Cuando alcancé la mayor altura, casi sobre el cráter, me di cuenta que el rollo de la cámara se había acabado, no podía dejar de tomar estas fotos, así que lo cambié lo más rápido que pude. Cuando me di cuenta estaba casi sobre el cráter, era como ver una enorme plancha caliente con vapor saliendo de los costados, retomé los controles del ala y me separé rápidamente para tomar algunas fotografías y me dispuse a descender. Comencé a barrenar y barrenar para perder altura y luego llamé por radio para aterrizar en un campo abierto entre las dos carreteras”.

Esta expedición fue todo un éxito y Ramón Morillas pudo anotarse otro espectacular vuelo en paramotor.

WINGSUIT EN EL NEVADO DE TOLUCA

Para la segunda expedición nos trasladamos al Estado de México. El equipo se preparó para un salto único, el objetivo fue el enigmático volcán Nevado de Toluca o Xinantécatl que en náhuatl significa “señor desnudo”. Este volcán esta ubicado dentro del Parque Nacional Nevado de Toluca y es considerada la cuarta montaña más alta del país, entre sus picos destacan el del Fraile de 4,558 m y Pico del Águila de 4,518 m, al que ascendiera el barón Humboldt el 29 de septiembre de 1803. Uno de los principales atractivos del Nevado de Toluca es el paisaje que brindan sus dos lagunas que ocupan dos semi cráteres conocidas como Lagu

na del Sol, con una dimensión de 400 m de longitud por 200 de ancho, ubicada a una altura de 4,209 msnm y la de la Luna con 200 m de largo por 75 m de ancho, a una altura de 4,216 msnm. Ambas fueron motivo de cultos religiosos en la época prehispánica, tiempo en el que los habitantes del valle de Toluca hacían sacrificios humanos despeñando doncellas en honor al dios del agua Tláloc y al señor del frío y el hielo Itztlacoliuhqui. En el fondo de las lagunas se han encontrado diversos artefactos y ofrendas de copal.

En unos cuantos minutos ya estábamos volando cerca del volcán a 5,000 m de altura, cuando abrimos la puerta del avión y el aire helado invadió el ambiente. Miles, Shane y Ueli se acercaron a la puerta, encendieron las bombas de humo que llevaban amarradas en los pies y cuando estaban sobre la Laguna del Sol, saltaron y comenzaron a volar sobre las afiladas crestas del cráter del Nevado de Toluca. Desde el avión la vista era impresionante, cada vez se veían más pequeños y fue cuando abrieron sus paracaídas y aterrizaron a un costado de la Laguna del Sol. Fue un salto realmente impresionante.

WINGSUIT EN EL POPOCATÉPETL

Al siguiente día abordamos el avión y nos trasladamos a la zona de paracaidismo de Cuautla, Morelos, y qué mejor forma de llegar que saltando. Ueli y Miles realizaron un salto freefly, mientras Shane saltó conmigo para poder hacer unas fotos más de vuelo con wingsuit. Ambos volamos juntos durante más de un minuto de caída libre. Los saltos con estos trajes son un poco cansados, ya que hay que tensionar constantemente los brazos y piernas para extender la tela que funciona como alas y es la que permite que te desplaces horizontalmente, mientras que en un salto normal la velocidad de caída suele rondar los 200 km/h, y en el mejor de los casos se alcanza una velocidad horizontal aproximada de 30 km/h, con el wingsuit puedes reducir la velocidad de caída a 60 km/h, y permite avanzar horizontalmente a un promedio de 170 km/h, alcanzándose incluso velocidades de hasta 260 km/h.

Con lo cual puedes volar durante más tiempo y más distancia, disfrutando así de la libertad de moverte como un ave aunque sea por un breve periodo de tiempo, hasta que abres tu paracaídas para aterrizar sano y salvo. Al día siguiente por la mañana nos dedicamos a conseguir oxígeno y las mangueras para respirar. Una vez con todo listo despegamos de Cuautla con dirección al Popocatépetl. Durante el vuelo fuimos tomando más y más altura superando los 5,000 m, de ahí la importancia de llevar oxígeno para evitar hipoxia ocasionado por la falta de oxígeno, la cual se manifiesta con mareos y puede ocasionarte desmayos.

La vista del Popocatépetl era realmente impresionante, dimos un par de vueltas para que Ueli identificara una posible zona de aterrizaje. Una vez que ubicó el punto, se lanzaron al vacío y comenzaron a volar frente al volcán, mientras tanto el avión voló en círculos para poder tomarles fotografías. Una vez que abrieron sus paracaídas comenzaron a planear sobre los espesos bosques que cubren las faldas del volcán hasta que localizaron un pequeño valle en dónde aterrizaron. Como no sabían dónde estaban, tuvieron que andar hasta un camino de terracería que los llevó al poblado, donde pudieron tomar un taxi para regresar hasta la zona de salto de Cuautla.

Durante la tarde realizaron un salto más para disfrutar del atardecer sobre los volcanes, en esta ocasión aterrizaron cerca del poblado de Amecameca, donde niños y adultos de la comunidad los recibieron sorprendidos para pedirles un autógrafo. Así finalizamos esta aventura aérea, la cual nos dejó gratos y emocionantes recuerdos que nunca olvidaremos. De eso se trata la vida, de vivir al máximo cada segundo.

VUELO EN PARAMOTOR

Si le interesa esta emocionante forma de volar en México, existen algunas escuelas de vuelo libre que dan cursos de parapente y paramotor. Le recordamos que lo primero es aprender a volar en parapente para conocer cómo se comporta el viento, las condiciones de vuelo y manejo del ala. Posteriormente en el curso de paramotor se aprenden todas las técnicas de preparación, verificación del motor, carburación y mantenimiento, también las diferentes técnicas de despegue, vuelo y aterrizaje.

Las compañías de aventura Alas del Hombre en Valle de Bravo y  E-Z Fly en Puebla imparten estos cursos. Ambas están certificadas ante la United States Hang Gliding Asociation como instructores de parapente y cuentan con el equipo adecuado para alcanzar el sueño de volar en forma segura. Al final del curso podrá obtener la licencia de piloto de parapente válida en todo el mundo. Si te preparas bien, puedes disfrutar de México desde las alturas y con una buena descarga de adrenalina.

LOS WINGSUITS

Están inspirados en el vuelo de las ardillas voladoras y permite al paracaidista desplazarse diagonalmente durante la caída libre. Con estos trajes se han ejecutado impresionantes hazañas como el cruce del estrecho de Gibraltar ejecutado por el equipo del Proyecto Alas, quienes saltaron sobre Marruecos y durante la caída de 6 minutos a 208 Km/h recorrieron una distancia de 20,448 m abriendo su paracaídas y aterrizando en España, uniendo así dos países y dos continentes. Estos datos convierten este vuelo en el más largo y veloz realizado por el hombre en su historia.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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