Los artesanos de Coyoacán: una tradición de décadas en la CDMX
A lo largo de los años, los artesanos de Coyoacán se han vuelto una auténtica tradición de esta demarcación de la CDMX. Su colorido trabajo anima la vida cultural de la capital de México.
Sin lugar a dudas, en la Ciudad de México no solo existen tradiciones muy antiguas. También nuevas, las cuales han surgido relativamente hace poco, cosa de décadas. Una de ellas es la de los vistosos puestos de los artesanos de Coyoacán. Sus trabajos combinan folklore, novedades del mundo espiritual y otros elementos. Esto les ha brindado una visibilidad que reluce en la demarcación, convirtiéndose en uno de los íconos más memorables en la historia urbana de la capital del país.
Origen de los artesanos de Coyoacán
Coyoacán siempre ha sido un sitio de esparcimiento social en la Ciudad de México. En el pasado, cuando era una villa periférica de la capital del país, solía ser uno de los sitios predilectos para ir a veranear o hacer actividades como días de campo. Allí, los locales empezaron a vender artesanías a los visitantes provenientes de la zona centro. Tras el avance de la mancha urbana a inicios del siglo XX y la incorporación del sitio a la ciudad, dicha vocación se siguió manteniendo.
Con el pasar del tiempo, las veteranas familias dedicadas a la artesanía, siguieron ofreciendo sus trabajos en tiendas y banquetas de Coyoacán. Sin embargo, para los años sesenta, con la irrupción de la contracultura, «la onda», los hippies y el New Age, surgió un nuevo tipo de artesano. Estos eran jóvenes universitarios o intrépidos viajeros mochileros, provenientes de Estados Unidos y Europa. Con su llegada, se incorporaron al trabajo artesanal de la zona, elementos ajenos a las tradiciones locales. Pulseras con cuarzos, playeras psicodélicas y un largo etcétera, pasaron a ser vendidas en el antiguo «Lugar de los Coyotes».
Actualidad. El mercado artesanal de Coyoacán
Con el pasar de las décadas, poco a poco la artesanía local se fusionó con el trabajo de los hippies. Fue así que empezaron a imbricarse elementos del arte budista e hinduista con los motivos folklóricos de México, así como de las comunidades originarias. Esta mescolanza generó artesanías muy eclécticas, que incluyen bordados, cerámica, pulseras, piezas para perforaciones, textiles y demás.
Con este auge, hacia los años ochenta y noventa, jóvenes estudiantes y miembros de varias tribus urbanas, encontraron en Coyoacán el sitio ideal. Allí no solo podían irse de pinta, sino también podían adquirir novedosos productos para sus atuendos cotidianos.
Ya llegado el siglo XXI, tal auge desbordaba las calles de la demarcación. La fama del sitio como un barrio tradicional y bohemio, había atraído a personas de toda condición social y edad. Por ello fue que se hizo necesario dedicarle un espacio específico a los artesanos. Es así que alrededor del año 2003, se abrió el Mercado Artesanal Mexicano, mejor conocido como Mercado Artesanal de Coyoacán.
Sin embargo, esto no hizo que cesara la afluencia de más artesanos. Actualmente sus trabajos de arte popular conviven con productos del New Age, del rock y demás, en las calles coyoacanenses, animando la vida cotidiana del famoso sitio.
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