Carlos Torre Repetto, el genio mexicano del ajedrez que se retiró a los 21 años
Carlos Torre Repetto es considerado por muchos el mejor ajedrecista de México. A los 21 años abandonó las competencias para estudiar metafísica.
México es una nación que ha dado al mundo grandes espíritus en los campos de la ciencia, el arte y la cultura. Ejemplo de ello es Carlos Torre Repetto, uno de los cuatro mexicanos que han recibido el título de Gran Maestro Internacional, título otorgado por la Federación Internacional de Ajedrez a los jugadores que alcanzan el nivel de excelencia. Se trata del reconocimiento más importante tras el Campeonato Internacional de Ajedrez.
Carlos Jesús Torre Repetto nació en Mérida, Yucatán, el 29 de noviembre de 1904. Desde los cinco años comenzó a jugar ajedrez. A la edad de once años se mudó con su familia a Nueva Orleáns, Estados Unidos, donde se convirtió en aprendiz de Edwin Ziegler Adam, un importante ajedrecista, quien entonces era vicepresidente de New Orleans Chess, Checkers and Whist Club.
Entre 1925 y 1926, Carlos ya concursaba en torneos internacionales, tales como el de Baden-Baden, donde alcanzó el décimo lugar; Marienbard, donde quedó en el tercer lugar; Moscú, en tercer lugar; y Chicago, donde obtuvo el segundo lugar. En 1926 ganó el campeonato en México, y en octubre de ese mismo año sufrió una crisis nerviosa, lo que lo obligó a retirarse del ajedrez para siempre. Por su forma de jugar, y no por sus triunfos, Carlos era considerado el mejor jugador de ajedrez del mundo.
El retiro abrupto de Carlos Torre Repetto
Carlos Torre Repetto se retiró de su carrera como ajedrecista a los 21 años de edad; se dice que se debió a una crisis nerviosa derivada de una decepción amorosa. Sin embargo, él mismo mencionó que se debió a dificultades económicas.
Se especula que durante su crisis deambuló por distintas instituciones mentales, recibiendo incluso terapias de electrochoques. Debido a ello su personalidad se hizo más errática con respecto al ajedrez, sin embargo, continúo su formación cultural y filosófica, despertando su interés por el budismo. Sobre su vejez, Carlos Cámara Patrón escribió:
Hoy, a pesar de que muchos clubes de ajedrez de México llevan su nombre, el maestro no recibe atención alguna. Solo, en el asilo, se dedica al estudio de la filosofía y la psicología. Le disgustan los temas banales y centra su conversación en metafísica, los asuntos espirituales, los problemas filosóficos y el ajedrez. Su trato es cortés, ceremonioso a veces, y al hablar busca las palabras precisas para expresarse.»
De ajedrecista a teósofo
En dicho texto, también se narra que Carlos Torre Repetto no se daba la importancia de un genio, por el contrario declaraba que su coeficiente intelectual era menor de 100, que es lo normal. En cuanto a su forma de jugar, decía que era por terquedad y constancia, y no por genialidad.
Le gané por suerte, más que por mérito. Le quité tres peones, pues recibió un telegrama en el que le notificaban que se iba a publicar su último libro sobre el pragmatismo: fue tanta su felicidad, que le hizo jugar mal.»
Mencionaba Carlos Torre Repetto sobre su triunfo sobre Lakser.
Sobre su retiro, en dicha época en el asilo también mencionó a Carlos Cámara Patrón que se dedicó a trabajar en la botica de su hermano, lo que poco ayudaba a estimular su deseo de jugar, sin embargo, afirmó que siguió estudiando el ajedrez.
«En ajedrez, lo más importante es el análisis. Y mientras más estudia uno, más analiza.»
Como un anciano más del asilo, sin que se diferenciara como ajedrecistas, filósofo o teósofo, Carlos Torre Repetto falleció el 19 de marzo de 1978. El título de Gran Maestro Internacional se le otorgó en 1977 de forma honorífica, quedando en el total misterio las causas de su retiro de las competencias.