Carnaval afromestizo de Alto Tío Diego Veracruz
En Veracruz se vive una gran fiesta: el carnaval. Siéntete parte de esta tradición viva con los habitantes de Alto Tío Diego donde permanece esta tradición.
No cabe duda que caminar por los senderos de Veracruz es recorrer la historia misma, donde generaciones enteras han labrado toda una tradición que huele a café, sabe a caña de azúcar y el son jarocho, con sus instrumentos de cuerda, endulzan los oídos de los visitantes que arriban a estas tierras llenas de alegría para su fiesta grande: El carnaval.
El estado de Veracruz fue la puerta de entrada para distintas culturas que se asentaron en sus ricos territorios desde la época de la Colonia y todas ellas han dejado una huella tan grande en el presente que hasta hoy podemos admirar esa impronta.
Precisamente el carnaval es una de esas huellas que representan la unión de la cultura indígena predominante con la europea y la raíz africana, que provino de todos los esclavos que llegaron al territorio y que se asentaron en las zonas cálidas y costeras del estado para ser obligados a trabajar en las grandes haciendas que administraban los europeos.
Aunque este pasaje de la historia suele ser un episodio triste, hoy en día los pueblos afromestizos del estado de Veracruz celebran su herencia cultural con un tradicional carnaval, donde sus habitantes salen a las calles y callejones a festejar con orgullo sus raíces.
El Carnaval de Alto Tío Diego
Aunque son muchos pueblos los que festejan el carnaval afromestizo, Alto Tío Diego es una pequeña localidad del municipio de Tepetlán, donde sus habitantes han luchado por mantener intacta su tradición sin la injerencia de otras prácticas que se han dado en otros pueblos como lo son los carros alegóricos o máscaras de personajes de terror.
Alto Tío Diego está situado en la cima de un peñón que brinda a sus calles una caprichosa forma de callejuelas y pasadizos, y justamente aquí era el sitio donde vivían los administradores de las haciendas de origen europeo, quienes adoptaron la tradición del carnaval y hasta el día de hoy sus descendientes lo celebran.
Con máscaras hechas a mano por artesanos locales con figuras de animales como toros, chivos, burros y caballos , una capa multicolor y botas para zapatear, los hombres bailan al ritmo de sones huastecos orquestados por César Viveros, el maestro de la orquesta que con su violín guía a la comparsa de enmascarados por todas las calles al ritmo de canciones populares y la tradicional Víbora de la mar, donde aprovechan para corretear a los niños y sacar carcajadas a la gente. Es también tradición “tiznar” con ceniza el rostro de los incautos, quienes terminan con la cara llena de hollín o pintura negra.
El día de las mujeres
Esta fiesta se ha llevado a cabo por más de cien años, pero es desde hace relativamente poco que las mujeres exigieron tener un día exclusivo para ellas y poderse vestir y bailar con el son tradicional y la banda de viento. Contrario a los hombres, ellas sí tienen la libertad de disfrazarse como lo deseen y disfrutar un día entero.
Guardianes
de la tradición
Aunque el pueblo de Alto Tío Diego está a menos de una hora de la capital veracruzana, sus habitantes reciben cada año a algún puñado de turistas que acompañan a las comparsas durante los bailes y los desfiles; a cada uno de los visitantes se les ofrece comida de la región en los hogares, donde el aroma a chiles rellenos, barbacoa de pollo y arroz, entre otros, los recibe para tomar energía y seguir en el baile hasta altas horas de la noche.
César Viveros, violinista y músico local, nos comenta que ellos seguirán preservando su carnaval tal y como está, buscando que los visitantes se enamoren de sus tradiciones y sean partícipes por siempre.
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