Charrería en México
La charrería en México es el deporte nacional por excelencia. Con la llegada de los caballos al continente comenzó una gran tradición. Te invitamos a conocer más de este universo.
La charrería, o por lo menos el traje de charro, es algo que inmediatamente se asocia con lo mexicano, sin embargo, ser charro va más allá del atuendo elegante y los sombreros anchos. Ser charro es todo un arte.
Se debe tener pasión por desarrollar la habilidad en sí mismo y asumir el desafío de domar a los caballos, vaquillas y toros para poder realizar las «suertes”. Es necesaria la habilidad de imponerse y al mismo tiempo de conservar la delicadeza, como lo hacen las escaramuzas. En resumen, se debe tener voluntad y dedicación, pero sobre todo mucho valor.
La historia de la charrería en México
Todo comenzó con la llegada de 16 caballos en el periodo de La Conquista. Estos fueron traídos por Diego de Velázquez y Hernán Cortés y desde entonces, el caballo se ha vuelto muy importante en el continente americano y, por supuesto, en la charrería, deporte característico de la cultura mexicana.
Durante La Colonia, los españoles y criollos eran conscientes del poder que tenía un hombre montado a caballo, por eso prohibían a los indígenas y a los esclavos aprender el arte de manejarlos.
Sin embargo, con el paso del tiempo y con el incremento de las actividades económicas en las haciendas, minas y ranchos, se necesitaron buenos jinetes que inventaron nuevas estrategias para controlar mejor al ganado. Además de que este había aumentado considerablemente. Es así como nace la charrería en México, cuya fama solo sería acrecentada con el paso del tiempo.
También se dice que la charrería nació en Hidalgo, gracias al entonces varón Sebastián de Aparicio (1531-1555) quien trató de enseñar a los indígenas técnicas europeas de ganadería, pero como estos se mostraron reacios a aprender, Sebastián optó por mostrarles cómo domar a los bovinos con el lazo y entonces sí que se interesaron.
La charrería en México después de la Revolución Mexicana
Durante el periodo del Porfiriato, las charrerías se realizaban en las haciendas ganaderas, sin embargo, después de la Revolución Mexicana, estas haciendas desaparecieron paulatinamente. Todo apuntaba a que las charrerías llegarían a su fin, pero esto no fue así. En 1920, Silvano Barba, Inés Ramírez y Andrés Zemeño, crearon en Guadalajara la primera agrupación mexicana de charrería, llamada Charros de Jalisco.
A partir de la formación del grupo Charros de Jalisco siguieron muchas otras, por lo que se llegó al acuerdo de crear los “lienzos charros”, es decir, recintos especializados con el fin de dar continuidad a esta tradición.
Cabe mencionar que el pasado 14 de septiembre del 2017, la charrería de México recibió el certificado de deporte nacional y fue reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Actualmente, se puede disfrutar de la charrería en muchos lugares y nosotros te recomendamos visitar Lagos Moreno y el Rancho El Vergel.
Origen de la palabra charro
Hasta el momento, no se tiene muy claro el origen de la palabra charro, pero según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), unos de sus significados es “jinete o caballista que viste traje especial compuesto de chaqueta corta, camisa blanca y sombrero de ala ancha y alta copa cónica, con pantalón ajustado para los hombres y falda larga para las mujeres.”
Se sabe que Nieto de Zamacois fue el primer polígrafo en dejar la palabra “charro” en una novela, llamada El jarabe (1861), en la cual describe al charro como “gente de campo cuyo traje de montar a caballo es enteramente nacional”. No está de más mencionar que el traje de charro antes era conocido como traje nacional.
El charro en el arte
El charro es uno de los elementos principales en la charrería, y esta figura no pasó inadvertida por ninguna de las artes: hay canciones, poemas, pinturas y películas clásicas sobre el tema. De hecho, gracias a las películas en las que participaron; Antonio Aguilar (Los hermanos del Hierro, 1961), Javier Solís (Un tipo a todo dar, 1963), Pedro Armendáriz (La malquerida, 1949), Pedro Infante (Dos tipos de cuidado, 1952) y Jorge Negrete (¡Ay, Jalisco, no te rajes!, 1941), por mencionar algunas, la popularidad del charro como personaje aumentó de forma significativa.
Algunos caballos preferidos para la charrería en México
El ideal es el Cuarto Milla. Estos son caballos preciosos, atléticos y de noble carácter. Su origen se debe a la cruza entre caballos pura sangre ingleses y “yeguas” descendientes de caballos traídos por españoles.
Otro caballo de resistencia indiscutible, gran inteligencia y belleza, es el caballo árabe. Estos caballos son de las razas más antiguas. Su origen se encuentra en el Medio Oriente, pero debido al comercio y distintas guerras, este cuaco se ha propagado prácticamente por todo el mundo.
No nos olvidemos del caballo azteca. Esta raza nació como mezcla entre el cuarto de milla y el andaluz, en la región del Valle de México en 1969 y es preferido por su fuerza, resistencia y musculatura.
Escaramuzas Charras
Pese a que la charrería en México permean los hombres, no quiere decir que las mujeres no puedan participar. Un ejemplo son las Escaramuzas Charras, cuya participación es cada vez más significativa. Incluso, en el Campeonato Charro Millonario Tequila Hacienda Vieja, celebrado en el Lienzo Charro Rancho Santa María en Jalisco, hay una sección llamada el “Caladero Femenil”, donde se puede apreciar las habilidades de mujeres impecables e imponentes sobre sus cuacos.
Tampoco los niños están excluidos de la charrería, pero es necesario que tomen precauciones particulares, por ejemplo, los niños tienen prohibido derribar al ganado después de lazarlo, pues hacer esto podría llevarlos a perder dedos, la mano o dislocarse el hombro.
Las suertes, elementos fundamentales en las charrerías
Las Suertes son las exhibiciones que hacen los charros para demostrar sus habilidades. Las principales son las siguientes: piales en el lienzo, coleadero, manganas a pie, manganas a caballo, paso de la muerte, cala de caballo, piales en el lienzo, terna en el ruedo, colas y jineteo tanto de toro como de yegua.
Sobre los caballos en América
Hasta ahora, es común creer que los caballos en nuestro país y en el continente americano en general no existían, hasta que fueron traídos de Europa y llegaron aquí en el periodo de La Conquista, sin embargo, según el periódico de Aragón y otras fuentes, en América sí había caballos antes de la llegada de los españoles, pero éstos se extinguieron hace 10,000 años por distintas razones (caza desmedida, condiciones climáticas extremas, etcétera).
Es por ello que los indígenas no conocieron a los caballos -o cuacos, como le conocerían después los rancheros-, antes de La Conquista y se sintieron tan impresionados al verlos pues incrementaban el tamaño de sus jinetes.
¿Y a ti, te gustan la charrerías?
Para saber más
-El día nacional de la charrería se celebra el 14 de septiembre.
-Te invitamos a visitar el Museo de la Charrerìa, ubicado en El Centro Histórico.
-Si te interesa el tema de la charrería, te invitamos a consultar nuestra guía especial “Jalisco: tequila, mariachi y charrería, esencia de México”.
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