El encuentro entre Juan Rulfo y Jorge Luis Borges, dos grandes de la literatura latinoamericana
¿Te imaginas una charla entre Jorge Luis Borges y Juan Rulfo? Sucedió en 1973 y se conserva una fragmento del diálogo. Te lo compartimos.
Jorge Luis Borges nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en 1889. Fue uno de los escritores hispanos más importantes de la historia, cuya obra tuvo una gran trascendencia en la literatura universal. Borges visitó México en tres ocasiones: en 1973, 1978 y 1981. Fruto de sus visitas escribió algunos cuentos y ensayos, así como algunos textos sobre autores mexicanos. Fue durante su primera visita que Juan Rulfo, escritor mexicano, y Borges sostuvieron un diálogo.
Juan Rulfo es uno de los escritores mexicanos más importantes del siglo XX. Su vida estuvo marcada por un espíritu melancólico e introvertido, gestado durante la Guerra Cristera y la Revolución Mexicana. Sus obras más conocidas son Pedro Páramo y El llano en llamas. Sobre Pedro Páramo, el argentino expresó:
«Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de toda la literatura.»
Del encuentro entre Juan Rulfo y Jorge Luis Borges se recupera el siguiente diálogo:
Rulfo: Maestro, soy yo, Rulfo. Qué bueno que ya llegó. Usted sabe cómo lo estimamos y lo admiramos.
Borges: Finalmente, Rulfo. Ya no puedo ver un país, pero lo puedo escuchar. Y escucho tanta amabilidad. Ya había olvidado la verdadera dimensión de esta gran costumbre. Pero no me llame Borges y menos «maestro», dígame Jorge Luis.
Rulfo: ¡Qué amable! Usted dígame entonces Juan.
Borges: Le voy a ser sincero. Me gusta más Juan que Jorge Luis, con sus cuatro letras tan breves y tan definitivas. La brevedad ha sido siempre una de mis predilecciones.
Rulfo: No, eso sí que no. Juan cualquiera, pero Jorge Luis, sólo Borges.
Borges: Usted tan atento como siempre. Dígame, ¿cómo ha estado últimamente?
Rulfo: ¿Yo? Pues muriéndome, muriéndome por ahí.
Borges: Entonces no le ha ido tan mal.
Rulfo: ¿Cómo así?
Borges: Imagínese, don Juan, lo desdichado que seríamos si fuéramos inmortales.
Rulfo: Sí, verdad. Después anda uno por ahí muerto haciendo como si estuviera uno vivo.
Borges: Le voy a confiar un secreto. Mi abuelo, el general, decía que no se llamaba Borges, que su nombre verdadero era otro, secreto. Sospecho que se llamaba Pedro Páramo. Yo entonces soy una reedición de lo que usted escribió sobre los de Comala.
Rulfo: Así ya me puedo morir en serio.
Tanto Jorge Luis Borges como Juan Rulfo fallecieron en 1986. Durante la conmemoración de su trigésimo aniversario luctuoso, Alberto Vital Díaz, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, mencionó:
“Son autores muy distintos en apariencia, en muchas de sus decisiones poéticas, pero muy hermanables en innumerables aspectos”.