La Alhóndiga de Granaditas, el lugar donde El Pípila hizo historia
¿Sabías que el cura Miguel Hidalgo combatió a uno de sus amigos en la toma de la Alhóndiga de Granaditas? Te contamos sobre este polémico suceso histórico.
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La Alhóndiga de Granaditas es uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de Guanajuato. Fue mandada a construir por órdenes del virrey Miguel de la Grúa Talamanca de Carini y Branciforte en 1796 y su proyección estuvo a cargo del arquitecto José del Mazo Avilés. Las obras de su construcción fueron concluidas el 7 de noviembre de 1809, y tenía por principal objetivo el almacenaje de granos. La Alhóndiga cumplió durante muy poco tiempo su función, ya que el año siguiente de su inauguración fue tomada por el movimiento insurgente de 1810 comandado por Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende.
Inicialmente algunos de los conspiradores contra el virreinato tenían la intención de dar continuidad al gobierno español con un protectorado que les permitiera mayor autonomía. Dicho proyecto incluía el reconocimiento del legítimo rey de España, Fernando VII, frente al poder de Napoleón Bonaparte.
La fecha pautada para el golpe de estado estaba pautada para el 2 de octubre de 1810, fecha en que se celebraría la Feria de San Juan de los Lagos y habría una gran multitud convocada. Lamentablemente, la conspiración se descubrió e Ignacio Allende cayó prisionero.
La toma de la Alhóndiga de Granaditas
Por ello, el cura Miguel Hidalgo, quien gozaba de un amplio prestigio en el Bajío, tomó la decisión de adelantar el movimiento armado mediante el Grito de Dolores. Como resultado, el clérigo convocó la fuerza de 6,000 hombres y mujeres para iniciar la guerra.
En pocos días ingresó sin dificultad a las ciudades de Celaya y San Miguel El Grande, donde incorporó fuerzas. En su paso por Atotonilco, Hidalgo tomó un estandarte de la Virgen de Guadalupe, el cual se convertiría en símbolo de la Guerra de Independencia y cuya imagen tenía un fuerte presencia entre todos los novohispanos.
Cuando Hidalgo quiso ingresar a la Ciudad de Guanajuato, envió una carta en la que invitaba a la rendición sin violencia. El texto estaba dirigido al español Riaño, con quien había trabado una fuerte amistad. Sin embargo, éste se negó a acceder a las peticiones del sacerdote, afirmando su lealtad al virrey de la Nueva España.
A las ocho de la mañana del 28 de septiembre de 1810, una encarnizada lucha sucedió en torno a la Alhóndiga de Granaditas, en cuyo interior se resguardó una gran cantidad de civiles que estaban a favor de las fuerzas realistas, la mayoría de ellos eran criollos y españoles de alta alcurnia. Las fuerzas de Hidalgo lideradas militarmente por Allende, Aldama y Jiménez, sitiaron fácilmente a Riaño, quien ese día cayó en combate.
Guanajuato bajo el poder de los insurgentes
Al ver en riesgo su vida, uno de los civiles ondeó una bandera de rendimiento desde la Alhóndiga. Por tal motivo el ejército realista lo fusiló y reanudó el ataque contra los insurgentes. De acuerdo con la leyenda, los revolucionarios no lograban ingresar al edificio, por lo que Juan José de los Reyes Martínez, apodado como El Pípila, se ofreció para quemar la puerta de la Alhóndiga de Granaditas y así permitir la entrada del ejército.
Tras meditarlo, Miguel Hidalgo accedió al plan de El Pípila. Cuando la puerta cayó, los insurgentes entraron y fusilaron a los civiles que se encontraban dentro, y se apoderaron de sus bienes. El saqueo se extendió durante días por toda la ciudad de Guanajuato.
Como acto de honor, Miguel Hidalgo pidió que no se profanara el cuerpo de su amigo Riaño, y reflexionó sobre el caos que había provocado en la ciudad.
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