La historia de Loreto: un pasado sorprendente
En piedra ha quedado grabada la memoria de las numerosas civilizaciones que han pasado por la península de Baja California y el sorprendente Loreto.
La historia de Loreto está llena de episodios, personajes y giros sorprendentes. Una vez capital y asentamiento más importante de la península, Loreto esconde tesoros, secretos y relatos en sus edificios, playas y cerros.
Te invitamos a conocer más acerca los primeros asentamientos humanos en la zona y los sucesos que fueron moldeando la historia del Pueblo Mágico de Loreto.
Historia antigua de Loreto
Sabemos que los seres humanos llegaron a la zona en donde hoy está Loreto hace alrededor de 10 mil años. Sin embargo, desde hace por lo menos 7 mil años ha plasmado sus preocupaciones y celebraciones en las piedras de las sierras.
Animales, plantas y figuras humanas forman parte del extenso catálogo de imágenes que se pueden apreciar en los numerosos sitios de pinturas rupestres. De hecho, esta región bajacaliforniana cuenta con la quinta mayor concentración de estas expresiones artísticas en todo el mundo.
Algunos puntos que se encuentran cerca de Loreto son:
- Sierra Madre. Se trata del sitio más antiguo de la región. El aire seco de la región permitió que las pinturas, que datan de hace 7 mil años, luzcan sus colores y formas originales, las cuales muestran las preocupaciones de los habitantes de la época.
- La Pingüica. En este sitio, uno de los más cercanos al centro urbano de Loreto, podrás observar pinturas rupestres y petroglifos, los cuales son grabados tallados en piedra de pueblos que, se cree, fueron antecesores de los cochimí, uno de los grupos étnicos originarios más importantes de la península.
- Sierras de Guadalupe y San Francisco. Una impresionante concentración de mil 600 sitios con pinturas rupestres. Se trata de la quinta más importante de su tipo en el mundo, por lo que es una visita imperdible. Para llegar aquí se puede realizar un pequeño road trip desde Loreto.
Las primeras misiones en Loreto
Durante más de 150 años, los españoles intentaron llegar a la región, bañada por el Golfo de California, pero sin éxito. La semilla de la religión fracasó en incontables ocasiones, hasta que una muestra de gran fe enraizó en Loreto y se convirtió en el punto de origen de las Californias y sus misiones.
Las obras arquitectónicas que permanecen como testigos del paso colonial por la zona son de una aparente simpleza, pero se mezclan como un coro unificado con el paisaje, que poco necesita para apabullar por su hermosura.
Loreto fungió como capital de la provincia por un tiempo, hasta que en 1829 ese estatus le fue otorgado a La Paz. Sin embargo, ni terremotos ni inundaciones han logrado borrar el encanto señorial de sus primeros años.
Arquitectura misional, huellas en la historia de Loreto
La época colonial se entiende de una manera distinta en la península de Baja California en comparación con el resto del país. Mientras que la arquitectura barroca es el estandarte en las ciudades del interior del país, en Loreto son comunes los edificios de líneas recatadas y sencillas, las cuales se integran con el entorno. Edificios de techos altos, con pocos o ningún adorno, donde nada sobra y todo cumple una función irremplazable.
Si, como dicen los historiadores, el barroco representa el miedo al vacío, al que llena con cientos de motivos, el estilo misional revela una paz del alma casi espiritual, donde lo importante no es el exterior, sino la vida interior.
La arquitectura misional es pues una pieza indispensable en el rompecabezas de la historia de Loreto y de toda la península.
Museo de las Misiones Jesuitas
Un buen lugar para comenzar a explorar la arquitectura misional es este museo, instalado en lo que fueron los almacenes generales de la Misión de Loreto.
El edificio data de 1697 y resguarda una de las pinacotecas más completas del noroeste del país, pero también sirve como un portal al pasado.
El espacio cuenta con una de las colecciones pictóricas más importantes de la región, la cual forma su colección permanente, que se expone en los recintos dedicados a la guarda de azogue y otros materiales.
En el jardín se pueden apreciar algunos de los cultivos que le dieron fama a la Baja California: vid, naranjos y olivos.
Además, el museo es un espacio vivo en donde se realizan conciertos, proyección de documentales, conferencias, obras de teatro y presentaciones diversas.
Misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó
Fundada en 1692, la Misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó fue la primera de una serie de edificaciones religiosas exitosas, las cuales se extendieron hasta la Alta California, llevando la evangelización a los rincones más recónditos de la península.
Con una fachada realizada bajo el estilo barroco sobrio, conocido también como misional, la iglesia ha sufrido numerosas remodelaciones a lo largo del tiempo, principalmente debido a las inclemencias del tiempo, inundaciones y sismos.
Se trata de una construcción adusta, sin exageraciones estilísticas que distraigan de la contemplación espiritual. Sus fuertes muros y altas bóvedas ofrecen un aire de frescura ante el clima habitual en la región.
El paso del tiempo y las condiciones climatológicas han causado estragos casi permanentes en la estructura eclesial. Sin embargo, algunos objetos, como un retablo con cinco imágenes, una campana y un crucifijo han logrado sobrevivir a lo largo de las décadas y se resguardan como una memoria de la vida misional.
Camino Real de California
La fe y determinación de los misioneros jesuitas se puede palpar en esta vía, la cual une las distintas misiones que se fundaron en el territorio bajacaliforniano a lo largo de los siglos.
El camino inicia, como si se tratara de una procesión, en una misión que fracasó, la de San Bruno. Luego, retoma fuerza y hermosura cuando une a las primeras instalaciones exitosas, las de Loreto y San Javier.
Desde Loreto, el corazón de las californias, como si se tratara de un arroyo de fe, el camino se expande hacia el sur para encontrar el fin de la Tierra en Cabo San Lucas, y hacia el norte hasta más allá de San Francisco, en la Alta California.
El paisaje es único. Desde el mar hasta el desierto y la montaña, los pasos de los senderistas que retoman el camino nunca avanzan solos: les anteceden las pisadas de los religiosos que marcaron su impronta en una de las regiones más bellas del planeta.
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