Historia de la UNAM, la máxima casa de estudios de México
Reconocida a nivel mundial como la mejor institución educativa del país, la UNAM fue inaugurada el 22 de septiembre de 1910 bajo el nombre de Universidad Nacional de México. ¡Ésta es su historia!
Las principales instalaciones de la Universidad Autónoma de México (UNAM) se encuentran al sur de la Ciudad de México, en las cercanías del Pedregal.
Historia de la Universidad Nacional Autónoma de México
Se fundó en el siglo XVI y su primer domicilio estuvo localizado en un edificio entre las calles de Corregidora, Erasmo Castellanos y Pino Suárez (donde actualmente se levanta el Palacio de la Suprema Corte de Justicia), en el Centro Histórico de la capital.
En 1910, el presidente Porfirio Díaz decretó la conformación de la Universidad Nacional de México. Sin embargo, esto sucedió hasta 1929 cuando Emilio Portes Gil era presidente. En ese entonces, aquel recinto recibió el título de Universidad Nacional Autónoma de México.
Su actual sede, Ciudad Universitaria (CU), se inauguró en 1953. Sus principales construcciones son la Torre de Rectoría, la Torre II de Humanidades, la Biblioteca Central, el Estadio Olímpico (hogar de los clubes de futbol y futbol americano Pumas) y el Museo de las Ciencias (Universum), entre otras.
Cabe destacar que dentro de CU están el Jardín Botánico, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y la fantástica sala de conciertos Nezahualcóyotl, considerada una de las más modernas del mundo.
Ciudad Universitaria, más que un campus
El campus central de Ciudad Universitaria es mucho más que la Máxima Casa de Estudios de México. También es un lugar que reúne importantes obras de urbanismo, paisajismo y bellas artes. Gracias a esto, CU ha sido merecedor de ser incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2007.
Cabe señalar que el diseño y realización de este hermoso conjunto, que reúne más de 50 edificios, corrió a cargo de arquitectos, ingenieros y profesores mexicanos que consiguieron dar vida a un centro unitario, singular y estético. Además, alberga magníficas obras de artistas como Juan O’Gorman, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Chávez Morado, entre otros.
En la Torre de Rectoría puede admirarse una estupenda obra del muralista David Alfaro Siqueiros. Por los lados norte y sur hay dos tableros con relieves dentro de un género de escultura y pintura; en el primero se rememoran los años clave de la vida de México, mientras que en el segundo -realizado en mosaicos de cristal- se representa a dos jóvenes que ascienden por una escalinata para dar sus conocimientos al pueblo.
Los imperdibles de CU
La Biblioteca Central presenta murales de mosaicos con figuras policromas. Estas las realizó el pintor y arquitecto Juan O’Gorman. En ellas se reflejan las etapas de la historia de México. Por su parte, el auditorio de Ciencias posee un mural de Chávez Morado de mosaicos de cristal, con el tema “La Conquista de la Energía”. Por su parte, la Facultad de Ciencias muestra, del mismo pintor, el tema del regreso de Quetzalcóatl. La Facultad de Medicina, a su vez, tiene murales de Francisco Eppens con el tema de la cultura prehispánica y el mestizaje.
Uno de los espacios que más llama la atención es, sin duda, el Estadio Olímpico Universitario. Este tiene capacidad para casi 69,000 espectadores. A lo largo de su historia ha sido un estadio multiusos, siendo, por ejemplo, la principal sede de los Juegos Olímpicos de 1968.
Actualmente es la casa de los Pumas y fue considerado por el renombrado arquitecto Frank Lloyd Wright como «el edificio más importante de la América Moderna«. El estadio –que comenzó a construirse en 1950 considerando los modelos de Berlín, Roma y Florencia– cuenta con un maravilloso mural de Diego Rivera denominado «La Universidad, la Familia Mexicana, la Paz y la Juventud Deportista«.
El significado del mural de Diego Rivera
La obra realizada con piedras de colores naturales muestra el escudo universitario compuesto por el águila americana y el cóndor andino. Bajo cuyas alas extendidas se encuentran un padre y una madre entregando la paloma de la paz a su hijo. Mientras tanto, en sus extremos se hallan las figuras de dos atletas, un hombre y una mujer, que encienden la antorcha del fuego olímpico. La estampa se complementa con la imagen del dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.
En todo el campus es palpable el lema de la Universidad “Por mi raza hablará el espíritu”, autoría de José Vasconcelos, dando fe de una población que conjuga su herencia prehispánica y mestiza para dar vida a una nación moderna y con futuro.
Por último, es importante destacar que gracias a la belleza e importancia de su diseño arquitectónico, en 2018, la revista Times Higher Education distinguió a Ciudad Universitaria como «la más bonita de América Latina».
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