Pan puerco, añosa pomada mexicana para curar el empacho
Desde la Conquista la pomada de pan puerco ha aliviado a millones de personas de problemas como empacho, cólicos y algunos dicen que hasta gripe.
El origen de la pomada pan puerco se remonta a tiempos prehispánicos, cuando las culturas indígenas desarrollaron remedios a base de raíces y plantas para aliviar los males del estómago. No obstante, con la llegada de los españoles, la receta ancestral recibió un ingrediente clave: la manteca de cerdo, traída junto con aquellos animales de Europa.
Ingredientes del pan puerco
Además de la manteca, la receta comenzó a enriquecerse con especias y hierbas que los colonizadores trajeron consigo, como el clavo, la canela y el jengibre. Así, el pan puerco, ganó más prestigio a la hora de curar los dolores estomacales, el famoso empacho, y también otras dolencias como cólicos, flatulencias y, algunos dicen, que hasta dolores musculares o incluso síntomas de gripe.
Pan puerco en la prestigiosa Farmacia París e incluso en Sanborns
Desde los primeros tiempos posteriores a la Conquista y hasta el principio del siglo XX, las boticas tradicionales preparaban sus propias versiones de pan puerco, que se almacenaban en delicadas cajitas de madera. Más tarde, el progreso lo envolvió en latas metálicas y finalmente en botes de plástico, los cuales se pueden encontrar hoy en tiendas naturistas y mercados locales, como el mercado Emilio Sánchez Piedras en Tlaxcala o la famosa Farmacia París en pleno corazón de la Ciudad de México.
El empacho y sus rituales curativos son inseparables del legado del pan puerco. En México, el empacho es más que un simple malestar estomacal; es un fenómeno cultural que involucra tanto la salud física como creencias espirituales y rituales. Se atribuye al exceso en la comida, alimentos mal procesados o incluso impresiones emocionales, o de plano hasta la envidia de gente cercana al enfermo.
Pan puerco y tronar la piel, un dúo infalible contra el empacho
El tratamiento tradicional comienza con un masaje vigoroso sobre el abdomen, utilizando la pomada de pan puerco. Luego, el ritual pasa al “tronado” de la piel: se pellizca suavemente la espalda a lo largo de las vértebras hasta escuchar un chasquido, que, según los curanderos, indica que el empacho ha sido eliminado.
¿Algún día desaparecerá la pomada de pan puerco?
Aunque los médicos modernos suelen explicar el empacho como una indigestión o una infección gastrointestinal, en muchas comunidades rurales y urbanas, el pan puerco sigue siendo la primera línea de defensa.
Hoy, el pan puerco vive en el delicado equilibrio entre lo tradicional y lo moderno. A pesar de su declive en popularidad frente a los avances farmacéuticos, aún se mantiene como símbolo de la sabiduría popular.
