«Picardía mexicana», la biblia por excelencia del albur mexicano

Hubo un hombre que dejó la carrera de arquitectura para recorrer el extinto Distrito Federal recopilando las peores, pero también las más creativas leperadas de los habitantes de aquella gran urbe, para pronto se puso a copiar en un cuaderno los albures que se iba encontrando por todos lados. 

El resultado de aquella exploración psicológica y antropológica fue un libro publicado en 1960 llamado Picardía mexicana, que pronto se convirtió en la biblia del albur, del chascarrillo jocoso. 

Picardía mexicana y Octavio Paz

Una obra alabada lo mismo por el camionero de La Merced que por Octavio Paz, quien por cierto en un prólogo posterior escribió sobre dicha obra lo siguiente: 

“Aquí sí hay lenguaje en movimiento, continua rotación de las palabras, insólitos juegos entre el sentido y el sonido, idioma en perpetua metamorfosis”. 

Albures recopilados en baños, cantinas, pulquerías y camiones

A todo esto Picardía mexicana fue autoría de Armando Jiménez Farías, originario de Piedra Negras, Coahuila. Estudiante del Instituto Politécnico Nacional, este coahuilense, seguro admirado por la cantidad de albures que encontró en las calles de la capital.  

Por eso, con librera en mano, se metió a baños públicos en donde encontró al famoso “gallito inglés”, que en realidad era un miembro viril masculino con algunos aditamentos para parecerse a un ave de corral, debajo de la cual había la siguiente leyenda: 

“Este es el gallito inglés, míralo con disimulo, quitale el pico y los pies y métetelo por el c%$%&#”. 

Así, de ese tamaño fue la cantidad de albures que encontró en cantinas, bares, conversaciones entre albañiles, oficinistas, placas y defensas de camiones.   

Como cuando vio a uno de esos camiones de carga de mercado en cuya defensa trasera decía “a que no me pasas” y en el parabrisas exponía “… pero a tu hermana”, hecho así para que aquel osado automovilista que lo rebasara se ensartara así mismo, sin albur. 

Picaría mexicana, un libro de albures que nos describe

Es pues Picardía mexicana, un libro de albures que es aceptado con orgullo o rechazado de plano porque la verdad nos desnuda en nuestra jocosidad, nuestros pensamientos más turbios, nuestro lenguaje más grosero, escatológico y nuestro gusto, entre broma y broma, de la homosexualidad.

Por cierto al autor, quien murió en 2010, se le quedó de apodo «El Gallito Inglés», ya se imaginará por qué.

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