Poemas de Nezahualcóyotl, un legado sublime que perdura
Los poemas de Nezahualcóyotl son característicos por las imágenes bellas que evocan y la profundidad de sus mensajes. Lee y disfruta de algunos de ellos.
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Los poemas de Nezahualcóyotl son reflejo de una juventud trágica provocada por el gran dolor de ver morir a su padre, pero también de la reconfortante lealtad de sus súbditos y de la sabiduría de sus maestros. Todo esto lo llevó a ser noble y fuerte como gobernante, además de un ser sensible y evocador de grandes imágenes como poeta.
Nezahualcóyotl, el rey poeta
Nezahualcóyotl nació en el año Ce tochtli o 1 Conejo (1402) y murió en el 6 Pedernal (1472). Fue educado en el calmécac, además de contar con las enseñanzas del sabio Huitzilihuitzin, quien le transmitió el conocimiento tolteca.
Cuando Nezahualcóyotl tenía tan solo 16 años, vio morir a su padre en manos de los tepanecas de Azcapotzalco. Fue perseguido por Tezozómoc y después por Maxtla, el hijo de Tezozómoc, para evitar que Nezahualcóyotl se convirtiera en señor de Texcoco.
Al final, gracias a la lealtad de sus súbditos, Nezahualcóyotl logró vencer a sus enemigos y después formar la Triple Alianza, conformada por Tenochtitlán, Tlacopan y Texcoco. Nezahualcóyotl asumió el gobierno de Texcoco por 40 años, y lo convirtió en un centro y referente cultural, a tal punto que ahí se hablaba el náhuatl más culto. Además, el séptimo señor de Texcoco impulsó el quehacer de filósofos, poetas e historiadores.
Es así como Nezahualcóyotl escribe sus poemas, de los cuales se conservan 36 y se encuentran repartidos en Cantares mexicanos, Romances de los señores de la Nueva España y en la Historia de Alva Ixtlilxóchitl. Estos textos fueron traducidos por los expertos en náhuatl: Miguel León Portilla y Ángel María Garibay. Chécalos.
Fragmentos de “Los cantos son nuestro atavío”
Como si fueran flores
los cantos son nuestro atavío,
oh amigos:
Con ellos venimos a vivir en la tierra.
Verdadero es nuestro canto,
verdaderas nuestras flores,
el hermoso canto.
Aunque sea jade,
aunque sea oro,
ancho plumaje de quetzal…
¡Que lo haga yo durar aquí junto al tambor!
¿Ha de desaparecer acaso
nuestra muerte en la tierra?
Yo soy cantor:
Que sea así.
Fragmentos de “Como una pintura nos iremos borrando”
Aun en estrado precioso,
en caja de jade
pueden hallarse ocultos los príncipes:
de modo igual somos, somos mortales,
los hombres cuatro a cuatro,
todos nos iremos,
todos moriremos en la tierra.
Nadie esmeralda,
nadie oro se volverá,
ni será en la tierra algo que se guarda:
todos nos iremos
hacia allá igualmente:
nadie quedará, todos han de desaparecer:
de modo igual iremos a su casa.
Como una pintura
nos iremos borrando.
Como una flor
hemos de secarnos
sobre la tierra.
Cual ropaje de plumas
del quetzal, del zacuán,
del azulejo, iremos pereciendo,
iremos a su casa.
Cuéntanos, ¿te gustaron los poemas de Nezahualcóyotil, Séptimo Señor de Texcoco?
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