Puerto Nuevo, el paraíso de la langosta en Baja California
Puerto Nuevo es una parada obligada entre Tijuana y Ensenada, el llamado paraíso de la langosta es un pequeño pueblo en donde puedes probar esta delicia del mar en su versión de Baja California.
A casi una hora de la ciudad de Tijuana se encuentra el paraíso de la langosta en México. El pequeño pueblo de Puerto Nuevo es una parada obligada si te encuentras en las tierras fronterizas de Baja california.
Un par de arcos en la carretera te indican que has llegado al paraíso de la langosta en México, un lugar de sólo algunas calles, en donde a cada paso puedes encontrarte con puestos de langosta.
La historia cuenta que esta villa fue fundada oficialmente en 1956, pero algunos años antes en este lugar, los pescadores y sus esposas ofrecían el manjar fresco a los turistas de estados unidos, acompañando a esta delicia del mar con frijoles, arroz, mantequilla y una salsa picante única además de tortillas de harina estilo Sonora.
El manjar llega a tu mesa abierto a la mitad en donde se puede ver el brillo naranja de la langosta, en muchos lugares te ofrecen también una margarita tradicional de Baja California y alguna sopa para completar la experiencia.
Si no quieres probar la langosta o quieres vivir una experiencia distinta, hay algunos locales que ofrecen quesadillas o tacos de langosta, aunque dicen que esos ya son extras en la experiencia.
Para amenizar la tarde no hay nada como un trío de banda o unos mariachis, en cada restaurante se siente un ambiente de fiesta mexicana.
Si te da por caminar por el pueblo, podrás adquirir algunas artesanías mexicanas, cobertores, bolsas, jorongos y algunos artículos huicholes y otras artesanías.
Una visita a este lugar al atardecer también vale la pena, porque es justo en ese momento cuando el sol ilumina sus playas, las gaviotas vuelan sobre ti y las arenas de su playa reflejan la luz naranja de la tarde y todo el lugar se vuelve un encanto.
No te pierdas una visita a Puerto Nuevo, vale la pena por la langosta, la magia de sus restaurantes y recorrer sus calles empedradas, sin duda una parada imperdible entre Tijuana y Ensenada.
