Los tazos, breve historia de su llegada a México y su fuerte arraigo en la niñez
Tazos, super tazos, magic tazos, mega tazos y por supuesto el tazo dorado; estos juguetes noventeros se metieron totalmente en la cultura mexicana, y esta es la historia de su llegada a nuestro país
Existen juguetes que aunque no se hayan creado completamente en México bien se han ganado su carta de naturalización; es el caso del trompo, el yoyo e incluso el balero. Porque aunque no nacieron en nuestra tierra, el mexicano les ha agregado su propio toque y valor, tal como ha ocurrido con los tazos.
Siendo honestos la historia de los tazos en México empezó en 1994 con la firme intención de ser un gancho para que la infancia comprara más Sabritas. Dos hombres de esta compañía fueron clave para que éstos pequeños discos de plástico arribaran a esta región del planeta:
Los mexicanos que vieron en los tazos una oportunidad
El primero de ellos Pedro Padierna, vicepresidente de marketing en la compañía de frituras antes citada, y su compañero de trabajo Fabián de la Paz, quienes buscando más métodos de atracción pensaron en cuánto les gustaba coleccionar las tarjetas de futbol.
En una entrevista que Padierna concedió hace poco al reportero de Vice, Julian Morgans, dijo que tenían claro que tales tarjetas probaron su éxito en varios países regalándose en las bolsas de papas, pero en México había que ofrecer una variante, aunque el tema era definir qué.
«POG» el papá hawaiano de los tazos mexicanos
Revisando libros de marketing, experiencias de promoción en otros países y demás testimonios (recordemos que eran los 90 y entonces internet no estaba ahí para facilitarnos la búsqueda de información internacional), encontraron que en Hawái, en la década de 1930, una bebida dulce de nombre POG, adhirió a las tapas de sus botellas pequeños discos coleccionables.
De inmediato causaron furor, los niños los apilaban formando torres de todos los tamaños, para luego derribarlas de un golpe con otros discos. Fueron las estrellas del recreo hasta 1950. Durante esos 20 años, había sido una compañía canadiense la que había impresos los discos “POG” para tal refresco hawaiano, así que ahora ellos mismos los reprodujeron, causando furor en el 90.
El crucial año 1994, vio nacer a los tazos
Toda esta trayectoria de éxitos sonaba bien para los mercadólogos de Sabritas, no obstante todavía tenían sus dudas, millones de pesos estaban en juego si se lanzaba un producto promocional que no tuviera éxito. La señal esperada fue cuando Fabián de la Paz, mano derecha de Pedro Padierna, vio los POG en una exposición de promociones en EU, con una licencia lista para su uso.
Con los permisos en mano casi todo estaba listo, no obstante no querían dejarles el nombre de POG, acrónimo en inglés de piña, naranja y guayaba, creían que podían mejorarlo. La misión de ponerle un nombre se la dejaron a una agencia de publicidad, así nacieron los “tazos”.
Tazos, un juguete con más referencias que el trompo o yoyo
Hoy podemos decir que el tazo es un juguete bien adoptado por los mexicanos, que a diferencia del yoyo, trompo o valero, a los cuales también hemos adoptado con cariño, de los tazos sí podemos documentar bien su llegada a nuestro país.
