El Toreo de Cuatro Caminos: vida y muerte de un referente de la Zona Metropolitana
Inaugurado en 1947, El Toreo de Cuatro Caminos ofreció no solo funciones de tauromaquia en sus instalaciones, sino una serie de espectáculos musicales y deportivos que lo hicieron un referente de la zona poniente de la Ciudad de México hasta el año 2009. ¡Conoce su historia!
Durante décadas, El Toreo de Cuatro Caminos no solo ofreció funciones dedicadas a la llamada tauromaquia. También en sus instalaciones albergó enormes espectáculos de música, así como funciones de box y lucha libre. Gracias a todo ello, se volvió un referente de la capital del país y su zona metropolitana. Su silueta es el ícono de la estación terminal de la Línea 2 del Metro. Y a pesar de que ya pasó algo más de una década de su desaparición, sigue siendo un habitante de la memoria colectiva.
Fundación del Toreo de Cuatro Caminos
El Toreo de Cuatro Caminos tuvo como antecedente inmediato al histórico El Toreo de la Condesa, construido en 1907. Su última función fue el 19 de mayo de 1946. Para el 31 de agosto de aquél año inició su definitiva desmantelación.
La estructura localizada antaño en la colonia Roma, fue reubicada e inaugurada el 23 de noviembre de 1947 en las estribaciones de la actual alcaldía Miguel Hidalgo (en la Ciudad de México), con el municipio de Naucalpan de Juárez (en el Estado de México). El nuevo toreo se instaló en lo que alguna vez fue la antigua hacienda de Los Leones. Ahí estaba el famoso entronque de los cuatro antiguos caminos reales que comunicaban a la capital del país con Cuautitlán, Tacuba y Huixquilucan. De ahí su nombre: la Plaza de Toros de Cuatro Caminos.
Toreo y centro de espectáculos deportivos
Desde 1947 hasta 1968, el famoso coloso de Cuatro Caminos funcionó exclusivamente como toreo. Se tiene registro de que allí se cortaron 35 rabos por diferentes toreros. Algunos de los más notables de estos personajes fueron Juan Belmonte, Manuel Jiménez “Chicuelo”, Joaquín Rodríguez “Cagancho”; Francisco Vega de los Reyes “Gitanillo” de Triana y el famosísimo Manuel Rodríguez “Manolete”.
Sin embargo, para 1968 le fue añadido un domo de hierros y láminas de acero. Fue entonces que el espacio fue adaptado como auditorio para la realización de múltiples eventos deportivos, como el boxeo y la lucha libre. En esta nueva etapa, serían recordados muchos combates pugilísticos, como los de Vicente Saldívar, los de Efrén “Alacrán” Torres y sobre todo los del mítico Julio César Chávez.
También en dicho escenario, el 12 de septiembre de 1982, el luchador más famoso de toda la historia de México, El Santo “El Enmascarado de Plata”, tuvo su último combate.
El retorno de la tauromaquía y el final del Toreo de Cuatro Caminos
En 1994, el espacio fue reinaugurado como toreo. En esta etapa final de Cuatro Caminos, en total se celebraron 140 corridas de toros y 164 novilladas. Aún así, en las instalaciones de este icónico sitio se celebraron conciertos (como el de las famosas discotecas Patrick Miller y Polymarchs en 2006) además de eventos deportivos.
Sin embargo, en 2008 el Toreo de Cuatro Caminos fue adquirido por el Grupo Inmobiliario Danhos. Su transacción superó los 25 millones de dólares. Finalmente, la demolición del inmueble empezó en septiembre de ese mismo año y fue concluida en febrero de 2009, terminando así la larga historia de un ícono del Valle de México y la Zona Metropolitana.
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