Tradición de Día de Muertos en Guadalajara
Los tapatíos se esmeran con sus celebraciones originales y coloridas, con la ilusión del regreso de las almas cada noviembre. Admira esta celebración.
Los tapatíos se esmeran con sus celebraciones originales y coloridas, con la ilusión del regreso de las almas cada noviembre. Del 28 de octubre al 2 de noviembre, diversos lugares se convierten en escenarios de grandes altares con veladoras, papel picado, calaveritas de azúcar, sal y tequila, como el Andador Pedro Loza que durante los días de Todos Santos es conocido como el Andador Cempasúchil, los techos de las fincas que ahí se encuentran se forran de flores.
Esta gran celebración inicia con el Desfile de Día de Muertos, el 28 de octubre. Al son de la tambora y el mariachi, las avenidas Juárez, Vallarta, Chapultepec, México, entre otras calles, se despejan ante el paso de carros alegóricos, carretas, catrinas y catrines clásicos con un toque contemporáneo; diablos, hermosas novias, arlequines, charros montados a caballo, bailarines de jarabe tapatío, féretros, marmotas y hasta rituales prehispánicos acompañan el recorrido.
Durante la semana es posible ser parte de los recorridos nocturnos dramatizados en el Panteón de Mezquitán; aquí se escuchan narraciones, historias y mitos que se han entretejido a lo largo de los años, y como únicos testigos las tumbas centenarias.
La noche del 2 de noviembre, en las calles principales de la ciudad un tambor marca el paso de monjas, novias, viudas negras con su místico velo, revolucionarias envueltas en rebozo, monjes cargando alguna cruz o un féretro, todos con su rostro de calavera; es la Procesión de las Ánimas que culmina en una ofrenda donde llegan a orar rosarios para el eterno descanso de las almas. En el evento se aprecia poesía, música y variedad de artes escénicas.
En Tlaquepaque, la llegada de los fieles difuntos se anuncia con el Festival de Muertos Tlacalaca Fest, lleno de eventos culturales y artísticos. El Jardín Hidalgo, el Museo Pantaleón Panduro, el Centro Cultural El Refugio y el camposanto son testigos de ello.
Entre exhibiciones de arte, muestras gastronómicas, decenas de altares, conciertos, talleres artesanales y concursos se desarrolla este evento, ya tradicional al sureste de la Perla Tapatía.
Aprovecha y disfruta de la noche en el cementerio de Tlaquepaque, solo velas iluminarán tu paso mientras eres testigo de algunas leyendas de este lugar.