Tradición ferroviaria en Aguascalientes
La máquina de vapor, traería al estado de Aguascalientes nuevas ideas y nuevas formas de organización social.
Los ferrocarriles se introdujeron en Aguascalientes en 1884, comunicando a la ciudad con el centro y norte de la República, y seis años más tarde con el Golfo de México, todo dentro de la Compañía del Ferrocarril Central. En 1897 esta compañía y el gobierno del estado convinieron en establecer en la ciudad de Aguascalientes los Talleres Generales de Construcción y Reparación de Máquinas y Material Rodante. Éstos fueron concluidos en 1903, dando empleo originalmente a cerca de mil trabajadores (en sus mejores momentos ocupó a más de siete mil), en 80 hectáreas de terrenos pertenecientes a la hacienda de Ojo caliente.
Los datos anteriores nos informan de uno de los complejos industriales más importantes del país, pero este impulso industrial también trajo consigo cambios significativos en los terrenos social y político. Los ferrocarriles dinamizaron no sólo la vida económica y comercial de Aguascalientes, también transformaron las costumbres y la cultura laboral de una ciudad con huertas y muchas tradiciones aún rurales. Expresión de esas nuevas costumbres fueron las herramientas de los ferrocarrileros y los trajes característicos de mezclilla, hoy de uso generalizado.
La máquina de vapor, por otra parte, trajo nuevas ideas y nuevas formas de organización social, ampliando con ello los espacios públicos para los trabajadores. El ferrocarril cambió nuestra concepción del tiempo. Acortó las distancias y estableció el “Servicio del Tiempo”, a través del cual los relojes reglamentarios normaron las horas, los minutos y los segundos de nuestras vidas, a un ritmo que desde entonces marcaría definitivamente la industrialización de Aguascalientes.
En 1883 Aguascalientes ya contaba con una bien ganada tradición ferroviaria. Para 1991 el ingeniero italiano G. M. Bosso concluyó la hermosa estación de Aguascalientes, a la cual rodeaba un jardín que fue el punto de reunión de los lugareños hasta mediados del siglo XX. Con el fin de conservar y dar a conocer la estación y las demas instalaciones ferroviarias, se desarrolló el Parque Tematico «Plaza de las Tres Centurias» que se ha convertido en un importante espacio turístico, recreativo, cultural y de servicios con una esencia eminentemente histórica, basada en la tradición ferrocarrilera del estado.
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