Yuc’atal: un viaje a lo esencial en la península de Yucatán
Experiencias únicas que fusionan lo mejor de la gastronomía, la cultura y la naturaleza para conocer la belleza que ofrece Yucatán.
Cuando hablamos de Yucatán lo primero que viene a la mente es la ciudad de Mérida, los cientos de cenotes, la deliciosa cochinita pibil y sí, hermosas playas. Pero, ¿qué pensarías si te decimos que existe mucho más por descubrir y experimentar que eso? De la mano de YUC’ATAL, empresa fundada por Luis Ángel Canul y Guerra, fui parte del «Secret Retreat: un viaje a lo esencial», en el que pude conocer un lado distinto del hermoso estado del sur de México.
Durante tres días de actividades fui testigo de lo mejor de la gastronomía, el conectar con la naturaleza y percibir la vasta cultura de Yucatán de manera única.
Hacienda San José Cholul, la casa hospitalaria de YUC’ATAL
Ubicada estratégicamente a sólo 30 km de Izamal, a 75 km del majestuoso Chichén Itzá y a menos de una hora de Mérida, la Hacienda San José Cholul, cuenta su propia historia rodeada de verde flora y extravagante fauna: la selva maya.
Parte de The Haciendas, un grupo de cinco haciendas construidas en la era del henequén, este tesoro arquitectónico del siglo XVII, San José revive los días de prosperidad de sus habitantes.
Afortunada de hospedarme allí, dormir entre el silencio armonizado por los grillos, saltamontes, búhos, sapos, entre otros animales, es como un respiro fresco de la locura cotidiana de una ciudad. Depende de la suerte o fortuna de cada visitante, se pueden encontrar hasta venados y pavos de monte, según Luis de YUC’ATAL.
Reviviendo el esplendor
Luego de un minucioso proceso de restauración, se respetaron las características arquitectónicas originales, y se rescataron técnicas y materiales de construcción mayas. Adaptando los espacios para las funciones hoteleras, se conservó el esplendor del pasado y se respetaron las proporciones existentes.
Por ello, cada habitación es distinta a las otras. Por ejemplo, de la primera a la tercera, anteriormente era un solo cuarto: el del patrón, por cierto. Entonces, al momento de separarlas en la restauración de 1999, quedaron diferentes. Las primeras dos terminaron con una terraza dedicada al descanso y disfrute, equipada de hamacas, juego de sillas con mesa de jardín, camastros y hasta le agregaron una alberca privada. También, la mayoría de las habitaciones tienen un jacuzzi al aire libre.
Por otro lado, si tienes suerte, cuentan con un cuarto construido alrededor de un árbol, específicamente una ceiba de enormes proporciones. ¿Te imaginas meterte a bañar, salir y tener tal naturaleza a la vista? ¡Es algo único! Todo esto gracias a la visión de ofrecer un pleno contacto con la riqueza histórica y biocultural del mundo maya.
¡Descubre la auténtica esencia yucateca en cada rincón de este refugio mágico con YUC’ATAL!
El deleite de las gastronomías
YUC’ATAL se esmeró en mostrar los mejores sitios de la región para deleitar el paladar. Desde una cena exclusiva con el menú del renombrado Chef Roberto Solís, los restaurantes hermanos Kanché y Kinich Izamal, hasta la comida con sabores tradicionales en Pueblo Pibil. Con la finalidad de vivir la esencia de Yucatán de una manera auténtica y sofisticada. Les cuento sobre cada uno de ellos.
Pueblo Pibil
No cabe duda que es un viaje a los exquisitos sabores antiguos, producto de la fusión de costumbres entre la civilización maya y las culturas del mundo que echarón raíz en la región.
Esta casona colonial del siglo XVIII, restaurada por la familia Lara Puerto, que aún conserva algunas pinturas de su histórica época dorada, se respeta las costumbres yucatecas al preparar la comida con ingredientes locales mientras se siguen cuidadosamente las recetas guardadas por generaciones, las cuales se cuecen bajo tierra por más de 15 horas en la terraza del lugar.
Aquí podrás tener la experiencia de observar el desentierro de la comida. Vi y probé recién salido de la tierra, el tradicional relleno negro con pavo. ¡Una delicia que no te puedes perder!
Carlos Lara, uno de los Maestros Pibil, comenta acerca de la historia de este particular lugar. «Pueblo Pibil surge como una molestia ante cómo la comida yucateca se estaba ‘prostituyendo’ mucho. Porque no se estaban usando los ingredientes y el método de preparación como deben de ser». Por ello, la familia decide emprender para resaltar esa sazón y cocción que ya no había.
Los sabores de antaño
Entre los seis platillos que se cocinan bajo tierra en Pueblo Pibil está el venado, el relleno negro, la cochinita, el mondongo a la Andaluza, el frijol con puerco que tradicionalmente se come los lunes, además de dos entradas como el Pibihua y el Pibinal, de temporada.
Al abrir sus puertas en diciembre de 2017, rápidamente tuvieron la aceptación del público y hasta son parte de la segunda temporada de «Las Crónicas del Taco» de Netflix, con el taco de cochinita.
Los menús son completos y estructurados, aunque hay a la carta y hasta se celebra el Festival del Frijol con Puerco Enterrado y sus Derivados el 11 de noviembre. El nuestro fue constituido por seis tiempos: Pimito de Puyul, Papadzul, Chile X’catik Relleno, Tostada de Dzik de Venado, Arroz Aromático y el más especial, Cochinita Pibil Enterrada, el cual ha ganado hasta premios internacionales.
Una experiencia única en su tipo, la carne de cerdo marinada con achiote de la casa y naranja agria, cocida bajo tierra, es servida con cebolla roja picada. Sin embargo, lo exclusivo es la presentación: una caja de madera cubierta con «tierra» (tortilla y pan molido) acompañada de su palita para desenterrar la latita cerrada con tu cochinita pibil.
Pueblo Pibil rescata los sabores antiguos, de antaño, mientras conservan las tradiciones. Las leyendas contaban que cuando nuestros antepasados ponían la comida bajo tierra, al día siguiente, ya en el desentierro se hacía una fiesta, porque vencían al Dios Xibalbá (el Dios del inframundo).
El menú del Chef Roberto Solís
En la Hacienda San José Cholul y la Hacienda Santa Rosa de Lima, desde el primero de noviembre, tienen por seis meses un menú diseñado y creado por el reconocido Chef Roberto Solís, inspirado en el maíz, el cual tuve la fortuna de ser de las primeras en probarlo gracias a YUC’ATAL.
También, es parte de este auge de combinar y mezclar lo rico y ancestral de la cultura yucateca, con nuevas técnicas, ingredientes y claro, montajes.
Acompañando la creación del chef, La Castellana maridó la cena con dos bodegas mexicanas de vino que provienen de la región de Coahuila en la zona de Arteaga.
¿Qué se degusta con este menú? Consta de tres tiempos más el postre. Empezamos con el Tataki de Pescado: un filete sellado con salsa de mango, almendrado y clorofila, traído directamente de la playa de Campeche. Luego, le sigue la Calabaza Local: hervida con salsa de semillas, piñones y ajonjolí, producido de la huerta de la Hacienda. Después el Castacán: presentado en cubos crujientes con salsa molcajeteada, aguacate y tortillas. Para cerrar con el Tamal de Coco: acompañado con leche de albahaca y coco. ¡Una irrepetible vivencia culinaria!
Un dato curioso, es que gracias al Chef Solís, en marzo de 2024 se llevó acabo el evento Hokol Vuh, donde se juntaron 17 estrellas Michelin.
Kinich Izamal
El afamado restaurante Kinich Izamal, guardián del patrimonio gastronómico yucateco desde hace 31 años, se encuentra a un costado del sitio arqueológico principal del pueblo de Izamal. Este se ha vuelto un lugar imperdible al visitar la península, por ello, fue parte del recorrido con YUC’ATAL.
Miriam Azcorra, fundadora y promotora de Kinich contó cómo pasó de ser el huerto del lugar, el patio trasero al bar Kanché. De hecho, ya ganó un premio internacional, como el Mejor Diseño de Restaurante de Latinoamérica, y compitió con otros dos lugares mexicanos: Animalón en Valle de Guadalupe y Nobu de la Ciudad de México.
Kanché
Kanché se creó con la finalidad de tener un nuevo lugar gastronómico y turístico en Izamal, un bar para la tarde noche al lado de la pirámide Kinich Kakmó. Ya que, los izamaleños siguen apostando por mejorar este Pueblo Mágico de México, al combinar sus raíces ancestrales con técnicas contemporáneas de cocina, coctelería y mixología con destilados mexicanos.
Un Canché, con ‘C’ es un método de cultivo maya, que significa «árbol hacia el cielo», porque como en la zona llueve mucho, la idea es que el agua no inunde las plantas, de esta manera se filtra el líquido, además que está lejos de los roedores y otros animales. Es por ello, que incluso el diseño del bar está inspirado en la forma de un Canché: con seis columnas y en la parte de arriba también hay plantas.
Reinventando la cocina yucateca
Por ejemplo, dentro del menú saboreé unos elotitos baby con mayonesa de recado negro, un deleite para el gusto. De hecho, al preparar el recado negro, se queman, tuestan y asan diferentes tipos de chiles y se mezclan esas cenizas o pasta con otras especias, lo que hace ese color negro.
Por otro lado, están los Kibis, un plato de origen libanés pero ya muy común en la vida cotidiana yucateca, son como una especie de botana. En esta ocasión se cambió el trigo que normalmente tiene por quinoa roja, la carne molida por jaiba, y para remarcar los sabores se acompaña de mayonesa con habanero y col encurtida.
También, probé los tacos de castacán con guacachile y cebolla encurtida. El castacán es una parte del cerdo, de la panza a la espalda, mientras que la tortilla tiene hoja santa del huerto. Por último, mi favorito: pulpo al grill con salsa macha, hummus hecho a base de garbanzos e ibes, frijoles blancos de Yucatán y en la parte de arriba una hoja de chaya frita.
Para el postre, me deleité con un tamal relleno de compota de piña y helado de coco. Sin embargo, además de los exquisitos platillos, en la mixología no se quedan atrás, tienen una carta con varias bebidas para todos los gustos. Como el Ximakalum: gin Katún, infusión de hoja santa y ruda, con agua tónica. El Sikil Ha: tequila cascahuin, pepita de calabaza, grand marnier, lima y sal de pepita, y el Jade: un mocktail de albahaca, pepino y limón, muy refrescante, por cierto.
Izamal la «Ciudad de las Tres Culturas» con YUC’ATAL
Izamal, conocida como la fascinante «Ciudad de las Tres Culturas» con sus más de 180 edificios prehispánicos, y fascinantes construcciones amarillas con blanco, alberga una historia impresionante. No obstante, la tranquilidad, paz y armonía del pueblo, lo convierte en un destino precioso, con énfasis en el lujo original, antiguo y auténtico.
Izamal data antre el 500 y 300 a.c., es incluso más antiguo que Chichén Itzá, y es el Centro ceremonial por excelencia hasta el día de hoy. Aquí, hay un encuentro cultural sumamente contrastante, pero complementario a la vez. Entre la comida regional y cosmopolita, la pirámide, las haciendas e inclusive las boutiques, componen la nueva cultura de Yucatán. Una creciente corriente del slow living, esa tranquilidad y el lujo de tomarte el tiempo para disfrutar y gozar lo que tienes enfrente, como el lujo de los elementos en life style.
De acuerdo con Luis Ángel Canul y Guerra de YUC’ATAL, puedes venir a Yucatán, conocerlo, visitarlo y apreciarlo, sin necesidad de pisar Mérida. Estar rodeado de tremendo lujo, como lo es el emblemático Izamal e irte con una experiencia sumamente enriquecedora.
Despierta a tus sentidos en Coqui Coqui
Una perfumería con sucursales en Mérida, Valladolid e Izamal para deleitarte con fragancias obtenidas del entorno natural de la península. Además de perfumes y aceites esenciales, las estaciones de Coqui Coqui ofrecen un servicio de spa en donde experimentarás el efecto de sus esencias en todo el cuerpo.
En Izamal, se encuentra en la Casa de los Santos, donde también encontrarás diferentes mezclas con miel de la región, chocolates y velas. Mi chocolate favorito sin duda alguna, es el que contiene cardamomo, mientras que la miel con pimienta rosa es una locura. Además, hay prendas y otros artículos de lujo como bolsos y cosmetiqueras de terciopelo.
En cuanto a los perfumes, te recomiendo el Neroli Negro, Rosas Secas, Tabaco, Les Vetivers y Lavman, aunque el icónico de Izamal es el de Agave.
Conoce a los artesanos y arte mexicano
Impulsar el comercio justo, es tarea de todos, pero hay distintas iniciativas que lo hacen posible, como Taller Maya, Traspatio y Ensamble Artesano. El talento y creatividad de los artesanos mexicanos, no tiene límite, pero ciertamente se está trabajando con capacitaciones para que las piezas estén actualizadas a la época en la que vivimos. ¡A sentirnos orgullosos de vestirlos, usarlos y compartirlos!
Taller Maya, nació en 2002 con el objetivo de fortalecer al sector artesanal en la península de Yucatán, debido al golpe del Huracán Isidoro. Entonces, llevan un acompañamiento a los grupos artesanales, ahora empresas sociales, para hacer increíbles piezas con distintas técnicas respectando las tradiciones de la región. Sin embargo, les dan un giro al diseño con innovación y contemporaneidad a las piezas.
Tuve la experiencia de formar parte de un taller con la Maestra artesana Doña Soledad que hace henequén costurado ‘Lolquil’. Ahí, nos enseñó a tejer y dar forma a un ángel con fibras del famoso henequén, «el oro verde» a principios del siglo XIX.
También estaban Don Gabriel con Tallado de Madera y Don Lorenzo con Papel Maché y su taller ‘Monarca’, donde fabrica mariposas y libélulas.
Qué es YUC’ATAL
YUC’ATAL, es una plataforma de experiencias inspirada en la filosofía universal de los ancestros mayas que se plasma en una nueva forma de celebrar el vínculo entre romance, naturaleza, bienestar y cultura.
Aquí se da la celebración de la vida, la unión y el amor en varias dimensiones: Romance (Love), Naturaleza (Bloom) Bienestar (Flow) y Cultura (Mind).
YUC’ATAL me llevó por un viaje que dejó una huella en el corazón, al conectar con los sabores, aromas, y paisajes de Yucatán con su historia y tradición.